Cada vez existen más informaciones y noticias sobre el aumento del acoso dentro y fuera de las clases. Tanto es así, que muchos expertos están dando la voz de alarma y preguntándose, porque no existe un protocolo de actuación dirigido para estos casos.
Acoso en las clases.
En muchas de estas noticias, vemos como los directores y profesores del centro, se exculpan, alegando que las situaciones de acoso, se han realizado fuera del centro y no han podido hacer nada al respecto.
Pero los alumnos que han sido objeto de burlas, insultos, agresiones físicas e incluso, sexuales, manifiestan que dentro del centro educativo, también se practican este acoso.
De ahí, que la sociedad, no entiende como los responsables del bienestar y la educación de los menores, no hagan nada al respecto. Los expertos señalan que al no haber un protocolo de actuación especifico, nadie sabe qué hacer o tienen las manos atadas.
El problema también radica, que las familias del acosador, en vez de buscar una solución y ver que existe un problema en su hijo, hermano o nieto, no solo le defienden, sino que acusan a la otra parte con palabras o frases más absurdas, al estilo de: “Se lo habrá merecido”, “Que empiece a saber defenderse”, “Mi hijo no ha sido” o “Ha sido elegido mi hijo como el chivo expiatorio”…
Esto hace, que ese menor acosador, no se le castigue por el mal infligido, si no defendido por aquellos que deberían ver el grave problema que tiene ese menor.
Porque si un niño acosa a otro, es que existe un problema psicológico. A veces, puede ser porque él está siendo objeto de malos tratos, físicos o psicológicos o tenga un problema de personalidad…
El acoso siempre ha existido, pero cada vez, es más violento y engloba a mas factores de la vida de la víctima. Las redes sociales y la web, pueden fomentar el acoso, no dejando a la víctima, ni un solo minuto de su vida.
Siempre se recomienda que se denuncie ante cualquier síntoma, no se debe dejar aislada a la víctima, sino al acosador. Se debe enseñar a los menores, que cualquiera puede ser víctima, que un día le puede tocar a un compañero y que luego, puede ser él.
Se debe fomentar la unión con la víctima, la empatía debe ser señalada como un mecanismo para poder diferenciar el bien y el mal.
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